viernes, 31 de octubre de 2008

La dieta imperdonable.

[...] y él iba caminando como siempre, pensando en lo de siempre, hasta que sintió ese olor tan particular, tan primitivo, tan escencial, tan... irresistible. En ese instante su mente se escindió en dos, una porción ya seducida por lo prohibido y otra alerta por la inminente tentación que habría de resistir. La miró de reojo una vez, rápidamente, vencido por la curiosidad y las ansias de su lado más animal. Estaba ahí, tierna, indefensa, atractiva, inocentemente mirando hacia el cielo. Su cara blanca y redonda recordaba a lo mejor de la niñez, hechando humito en la mañana fría que era esa. La bestia interna lo estaba convocando y él no quería, pero quería. Por unos segundos la lucha interna fue feroz e interminable, pero al mismo tiempo el resultado era previsible, casi inevitable, puesto que esta no sería su primera vez. Agazapado en su mente estaba el engendro enajenado a la espera de la ocasión singular que le permitiera volver a hacer lo que tanto disfrutaba. Volvió a mirar, esta vez más detenidamente al objeto de deseo, y cautelosamente hacia los costados, confirmando lo que su porción cuerda del YO más temía: no había nadie que pudiera ser testigo de lo que se venía. La observó un tanto más detalladamente notando las pequeñas imperfecciones de su superficie trabajada y se permitió cerrar los ojos para olfatear ese fresco néctar de deseo y de juventud. A partir de este momento comenzó a medir cuidadosa y sigilosamente sus movimientos, tomándose más tiempo de lo que cualquier humano (hasta los más precabidos) se tomaría; pero él estaba tranquilo pues sabía que su víctima no iría a ninguna parte por sus propios medios. Sin alguien que la lleve de un lugar a otro estaba imposibilitada para alejarse del destino que él había acabado de sellar. Milimétricamente se fue aproximando hasta quedar justo por debajo de la ventana donde colgaba el botín de esta cacería irracional. No había vuelta atrás, ya estaba la suerte tirada. De aquí en adelante todo ocurrió como un flash. Mordisco al centro de la cara, fluidos tibios por todos lados, rojo por doquier, él y ella convirtiéndose en uno solo, él y ella bailando una danza demente.
Segundos después de terminada su frenética labor lo golpeó la culpa, como un adoquín que cae de un quinto piso. Se sintió pesado y en seguida llegaron las nauseas. Pero no le pudo dar la oportunidad a su sistema de expulsar el volumen ingresado porque apenas pasados unos minutos se escucharon los gritos de una señora algo mayor que se acercaba raudamente. Estos alaridos rezaban "pibe, qué hiciste? me comiste toda la tarta de membrillo!" a lo que él, muy asustado respondió "lo sé doña, y lo peor de todo es que rompí mi dieta".


No todo lo que brilla es oro, no todo lo que duele es malo, no todo lo que es realmente es. Lo único que si parece es, es tu cara. Aún fuera de foco es reconocible. Y aún fuera de tiempo es rememorable. Todas tus caras son amor.


Moraleja: "La gente adicta a la tarta de membrillo tiende a tener una manera de relatar las cosas bastante dramática."


jueves, 30 de octubre de 2008

F de fuego.

El fuego en mi mundo.

Pasión, dolor, progreso, furia, calor, infierno, atracción, movimiento, seducción, poder, cobijo, fuerza, coraje, desafío, efímero, destrucción, dualidad, movimiento, quemaduras, estrellas, llamativo, impredecible, campamento, protección, confiable, dominante, peligro, asado, pesadillas, forja de héroes, cuna de vicios, problemas, esperanza, trabajo duro, sorpresas, ecuanimidad, versátil, justicia, romance, locura, desiertos, cena con velas, adoración, romper todo, hipnótico, danzas salvajes, ave fénix, impersonal, apresurado, bestia, miedo, vertiginoso, inolvidable, lo mejor de lo mejor, crueldad, el origen original, mi amor por VOS. Irreversible.

La vorágine y la inexperiencia me dejaron un sabor que desconocía. Y no me gusta. Pero no existe el olvido, solo existe la intención de acordarse las cosas buenas. Lamentablemente esa decisión sobre lo que se queda en la superficie y lo que se va profundo en el mar mental la toma una parte de mi cerebro que no logro controlar todavía.

Sin duda este es el final de los mejores días de mi vida hasta ahora. Todo pasó en un minuto, hablé, habló y luego de un imperceptible pero existente silencio hubo un ruido fuerte, aturdidor de hecho, como el que hace una relación cuando se quiebra y se hunde en la niebla del nunca más. Todavía hoy cuando me voy a dormir paso horas escuchando esa corta y aguda frecuencia que precede a lo que menos querés en la vida y te advierte que el desgarro está tocando la puerta de tu cabeza; el llanto de los seres amados.

Ahora es el momento para pintarse la cara con cenizas tibias, sacudirse el polvo del sombrero, el sudor de la frente, desarrodillarse y mirar al sol que está justo por asomarse al este del mundo. O a ese lugar del cosmos donde en un rato va a estar el sol. La no vuelta a atrás de las cosas cotidianas es lo que más me impacta, lo que más me imposibilita, lo que más me enseña. Como el sol que está justo por asomarse al este del mundo. Todo de una forma tribal y primitiva, como siempre fue, como siempre será, irresistible.

E de estoy teniendo muchas ganas de sentir el deseo caníbal y furtivo de estar desnudo e ignorante frente a lo desconocido.

Qué se formó? FE, fe en el tiempo y en el equilibrio del tiempo. Nada es casualidad.


Hoy es el día en que este hombre se cansó de esperar la señal y decidió ir a la guerra más elemental del mundo para arrebatarle algunas respuestas a la verdad, esa verdad que se esconde atrás del humo oscuro... paradójicamente.

D de doble o nada, por las razones de siempre, siempre por la razón.


Por favor no dejen de leer esta locura aparecida en "comentarios" menos de 24hs después de publicado el artículo original. Comentario de Bel. No tiene desperdicio.

viernes, 10 de octubre de 2008

A mal tiempo...





Estos dos españoles la rompen. Prometo piratear más temas e ir subíendolos.





[...]buena cara.