Imposible atravesar la vida sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin algún quebranto de la salud, sin que un amor nos abandone, sin equivocarse en una elección.
Ese es el costo de vivir, y aún así, lo importante no es lo que nos pase sinó cómo reaccionamos frente a ello.
Uno crece cuando asimilando lo que deja detrás, construye lo que tiene por delante y proyecta lo que puede ser el porvenir.
Uno crece cuando cumple con su labor, cuando ayuda a sus semejantes y no tanto, cuando se conoce a si mismo, cuando tiene esperanza.
Uno crece cuando enfrenta al invierno aunque pierda las hojas, junta rosas aunque tengan espinas y marca caminos aunque se levante polvo.
Uno crece cuando es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse con residuos de flores y capaz de crear con residuos de amor.
Entoces... uno crece.
Ese es el costo de vivir, y aún así, lo importante no es lo que nos pase sinó cómo reaccionamos frente a ello.
Uno crece cuando asimilando lo que deja detrás, construye lo que tiene por delante y proyecta lo que puede ser el porvenir.
Uno crece cuando cumple con su labor, cuando ayuda a sus semejantes y no tanto, cuando se conoce a si mismo, cuando tiene esperanza.
Uno crece cuando enfrenta al invierno aunque pierda las hojas, junta rosas aunque tengan espinas y marca caminos aunque se levante polvo.
Uno crece cuando es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse con residuos de flores y capaz de crear con residuos de amor.
Entoces... uno crece.
Vaya uno a saber quién escribió esto...
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