miércoles, 11 de julio de 2007

Lo que todos quisimos ser de chicos...

"Oh Lord, please help this
firefighter to be skillful and brave.
Please let me never falter when
there are lives to save.
Be with my fellow firefighter
and ride with us each run,
from the moment we suit up
until the job is done.
Be with me as I guide a
child through the dark and
smoky haze.
Give me strength and courage
as I fight the deadly blaze.
Lord I put my safety in your hands,
but in the chaos and in the strife.
Help me act with selfless courage God,
just let me save a life."

Uno de los mejores poemas que homenajean a los hombres y mujeres, ancianos y jóvenes quienes dejan de lado su vida laboral, lúdica o privada para solucionar los problemas de otros. Y no solo eso, sino que además, nadie los obliga. Lidian con las peores situaciones de una sociedad cada día y arriesgan sus vidas por gente que quizá no se lo merece, pero no lo piensan dos veces. Luchan con una extraña mezcla de caos, dolor y naturaleza; una y otra vez, cada vez que alguien los llama. Todo esto sin dudar, sin que se note el miedo que uno tiene. Ponen el 118% de si mismos para darle un futuro a un niño, para darle una segunda oportunidad a un jóven que se equivocó, para darle una sonrisa a una madre, para darle más tiempo a un anciano. Otra vez más, se hace propicia la frase, doble o nada. Apostar contra el fuego, el miedo y la muerte no es lo más seguro del mundo, pero es un trabajo que alguien tiene que hacer. La mejor de las fortunas para todos mis hermanos, los bomberos voluntarios del mundo.


Personas Ordinarias + Situaciones Extraordinarias = Bomberos Voluntarios.





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