Pasos...

Pocos son tan importantes como el primero, ninguno tan largo como el último. ¿Entonces qué hago? Por lo pronto empezar, porque mientras antes comiences a moverte, más temprano vas a terminar. No es un problema no saber a donde vas, siempre y cuando tengas en cuenta lo que querés haber logrado el día que terminaste de caminar, te frenes en el lugar que sea; pero cuidado, que el que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra. Esto de la vida no es para cualquiera. Solo gente con verdadero potencial de persona debería arriesgarse, para todo el resto puede resultar peligroso. Esto nos lleva necesariamente a preguntarnos, ¿Quiénes tienen esta cualidad? La respuesta es fácil: todos los que no se hayan dado por vencidos desdes antes de empezar, incluso sabiendo que nunca van a terminar la travesía. Esas son personas, los demás son gente, masas amorfas de indivíduos que no están dispuestos a arriesgar nada de si mismos por miedo de perder.

Perder también es parte del juego, de la vida y de crecer. No se puede ganar nada sin sacrificar algo. La felicidad no se inventa; se construye a base de riesgos bien tomados y empeño en lo que uno hace.
"Es mucho trabajo" dicen los holgazanes. Pasos. Todo se puede afrontar si está en el tamaño adecuado. Pasos. Para separar las grandes complejidades en problemas sencillos. Pasos. Lo guían a uno durante las situaciones de confusión. Pasos. Son la solución a todo lo que nos supera.
Y si por esas casualidades de la vida caminamos acompañados, compartamos el goce del viaje con alguien más. Uno nunca sabe lo que puede encontrarse a la vuelta de la esquina.

Doble o nada, porque de cualquier otra manera sería demasiado fácil.